La apuesta de Chevrolet con el Cruze ganó este año volumen, con la incorporación de nuevas versiones, como la Midnight y la RS, además de ampliar la oferta para la caja automática.

El modelo que se fabrica en la planta de Santa Fe viene ganando terreno en un mercado dominado por vehículos nacionales: la mayor disponibilidad en un contexto de trabas a la importación les da una ventaja, y por eso el Cruze se convirtió en una pieza clave de la estrategia de Chevrolet.

El RS repite una estrategia que ya es conocida en la marca y que tenía un exponente en el Onix: modelos con una estética deportiva sin modificar la mecánica, que en este caso tiene al turbo 1.4 de 153 CV al igual que el resto de la gama. Así, el mediano sale a conquistar al público más joven.

No hay cambios estructurales en el Cruze RS, que se ofrece en carrocería hatch. Las diferencias respecto al modelo tradicional: parrilla con cromados oscuros, el moño Chevrolet negro y los faros con LED. El logo RS en rojo en el frente marca la firma de esta versión.

En el lateral, los marcos de las ventanas, la etiqueta de la columna y los espejos siguen el mismo aspecto oscurecido, al igual que las llantas, el nombre del vehículo y los emblemas de la marca en la cubierta.

En el interior del Cruze RS, las diferencias asoman en el revestimiento del techo, el piso, las columnas, los paneles y los asientos, todo en negro, mientras que la doble costura de volante y asientos dejan ver las líneas rojas que agregan una imagen de deportividad al interior.

La mecánica es conocida: el eficiente motor turbo naftero 1.4 de 153 CV, que llega con caja automática de seis marchas. La transmisión está bien relacionada y el pase de cambios se realiza sin tironeos, con buena comunicación con el motor. El 0-100 el Cruze RS lo realiza en el mismo tiempo, lógicamente, que sus hermanos sin look pistero: 8,5 segundos, con una velocidad final de 220 km/h.

El propulsor, además, tiene un excelente consumo, de 6,5 litros cada 100 km recorrridos en ruta, cifra que orilla los 9 litros en ciudad. El comportamiento dinámico es una de sus grandes virtudes, con aplomo en curvas, buen trabajo de las suspensiones y gran aceleración cuando el turbo se despierta.

El nivel de equipamiento se basa en la versión LTZ: completísimo, excepto por la ausencia de las asistencias a la conducción que están en la versión Premier. Así, el Cruze RS llega con cámara de retroceso, sensor de lluvia y crepuscular, encendido por botón, tapizado de cuero, techo corredizo eléctrico, climatizador automático, entre otros.

El sistema multimedia es el renovado MyLink con compatibilidad Android y Apple, que permite conectar hasta dos teléfonos por Bluetooth de forma simultánea. Y llega con internet wifi 4G a bordo, al igual que la asistencia OnStar.

En términos de seguridad, además de seis airbags tiene control de tracción, control de estabilidad, asistente al arranque en pendientes, sensor de presión de los neumáticos, anclajes Isofix, entre otros.