La aparición de la Alaskan de Renault fue la última de peso en el híper competitivo segmento de las pick ups medianas. Fabricada en la planta cordobesa de Santa Isabel en un proyecto conjunto con Nissan, su llegada a finales de 2020 le dio a la marca del rombo participación en una categoría clave. Rápidamente llamó la atención por su estética, punto en el que se destaca, y por su nivel de confort interior, en especial en lo alto de la oferta con la variante Iconic. Sin embargo, también Renault apunta a que Alaskan sea un vehículo para el trabajo, y es allí donde prevalece la versión de entrada, la Confort 4x2 manual de esta prueba.

En ese universo de pick up que se visten de fajina, la diferencia está en que esta Alaskan tiene menos lujos. Si bien el frontal mantiene el look moderno con el rombo grande en el centro, las llantas son de chapa de 16 pulgadas, no cuenta con protector de lona para la caja ni las barras San Antonio. Chiches de los que prescinde (al igual que ocurre con los apliques cromados) para ganar funcionalidad. En ese aspecto, esta versión Confort 4x2 es la que más capacidad de carga tiene, 1.115 kg, casi 150 kg más que la opción full. La caja mide 1,5 m de largo por 1,56 de ancho.   

En el interior se mantiene la lógica: butacas de tela, plásticos duros y nada de pantallas, cámaras o navegadores integrados. Llega con una radio con reproductor de CD, pero con conexión Bluetooth, entradas auxiliares y puerto USB. Las regulaciones, en esa línea, son manuales. Más para el barro y el trabajo en el campo que para la ciudad.

No obstante, si se utiliza esta Alaskan en modo familia, la distancia entre ejes de 3,15 m garantiza buena habitabilidad, y en las plazas traseras se puede viajar con seguridad ya que los tres lugares cuentan con apoyacabezas y cinturones inerciales. Las otras dimesiones: 5,32 m, de largo, 1,85 m ancho y 1,82 m de alto.

La mecánica es compartida de la Nissan Frontier, al igual que otros elementos mecánicos y las suspensiones. Esta versión equipa un 2.3 turbodiésel que eroga 160 CV de potencia y 403 Nm de torque. Fuerza para el trabajo para una versión de entrada. Vale destacar que, al igual que en Frontier, este mismo propulsor llega a 190 CV y 450 Nm con el agregado de un segundo turbo.

Con este propulsor la Alaskan tiene una aceleración de 0 a 100 en poco más de 12 segundos. En cuanto al consumo de combustible, tiene valores bajos para una pick up, y más acordes a los de un automóvil chico: 10 litros cada 100 km en ciudad, y 8 litros en ruta. En esto ayuda la caja manual con una sexta marcha de largo recorrido que lleva a un andar relajado.

Otro punto destacado es el sistema de suspensiones, que había convertido a su hermana de Nissan en un modelo ideal para el uso off road. En este caso, mantiene el sistema Multilink independiente en el eje trasero, lo que lleva a una absorción de cualquier irregularidad del terreno. La suspensión delantera es dependiente tipo paralelogramo deformable (doble horquilla). Si bien la versión probada es de tracción simple, se puede salir del asfalto sin exagerar, también por sus ángulo de ataque y de salida, de 29,8º y 27,9º respectivamente. Vale destacar que esta variante también llega con opción 4x4.

En cuanto al comportamiento dinámico, la Alaskan Confort se muestra estable, con buen aplomo en las curvas y también en ruta. Se puede viajar en terrenos desparejos con un gran trabajo de las suspensiones. Si bien los 30 CV menos respecto a las versiones más altas se notan en ciertas circunstancias, la potencia es correcta para un uso habitual. El frenado también es medio: el sistema es a discos ventilados adelante y a tambor atrás.

En cuanto al equipamiento, esta versión también economiza en cuanto a la incorporación del pack de asistencias que incluye la Iconic, que va en línea con los vehículos alta gama. En la Confort, llega con control de estabilidad, ABS, control de tracción, ganchos Isofix para las sillas infantiles.

El precio de esta versión es $6.029.200