04/10/2022 - Probamos la versión tope de gama de la pick-up fabricada en Córdoba. Confort y estética renovada.
CLAUDIO CAPACE 15 October 2010
La Hilux SW4 cuenta con la reconocida confiabilidad de la marca nipona, el buen desempeño de su motor y una impecable transmisión que permite combinar la experiencia off road con el andar citadino.
Desde su llegada, las Hilux han dejado una huella inquebrantable en el mercado local: a pesar de ser las más caras, tanto las pick up como las SUV derivadas se convirtieron en referentes de su segmento.
Por fuera
El rediseño exterior de la SW4 de 2009, aunque acotado, era más que necesario para que esta Hilux siguiera en carrera. Su frente se muestra más deportivo que el de su predecesora gracias a los retoques en las ópticas y la parilla, justo donde comenzaban a notársele algunas patas de gallo al modelo anterior.
La parte posterior toma rasgos de otros modelos de la marca japonesa comercializados en el Viejo Continente que le ofrecen mayor distinción y solidez visual, y las llantas de 17 pulgadas son la medida justa para su perfil off road.
Por dentro
Más allá de la incorporación de apliques símil madera y algunas mejoras de equipamiento, el interior de esta versión no experimentó grandes transformaciones.
Los materiales son de calidad, pero dejan una sensación táctil que no está a la altura de la categoría, y las combinaciones de colores podrían mejorarse, aunque ya estamos entrando en el terreno más subjetivo. Para compensar, suma puntos con la tapicería en cuero.
Habitabilidad
La posición de manejo no es de las que se alcanza con total facilidad: habrá que dedicarle unos minutos a coordinar “adelantes y atrases”, “arribas y abajos”, pero sin mucho margen: a aquellos que superen el metro ochenta de altura les quedarán las piernas con poca extensión como para ir relajadas.
En la segunda línea de plazas pueden alojarse cómodamente tres pasajeros para disfrutar de un trayecto prolongado sin mayor inconveniente, pero a la tercera fila incorporada en esta versión no se le puede pedir milagros: está destinada pura y exclusivamente a ocupantes de talle small… y con poco interés en apreciar el paisaje: la caída del parante les quita mucha visibilidad. Si decide sumar al sexto y séptimo pasajero, que sea por tramos cortos, o que sean niños pequeños.
Capacidad
Los mismos motivos que nos liberan de criticar a la tercera fila de asientos nos impiden ensañarnos con la capacidad del baúl: no podemos pretender que lleve el equipaje de siete personas que además porten bagajes “por las dudas”. Eso sí: si sólo hablamos de cinco pasajeros, la Hilux SW4 ofrece la opción de levantar los asientos de la última fila, aumentando notablemente el volumen disponible.
Para mejorar la capacidad de carga, los ingenieros decidieron ubicar la rueda de auxilio en la parte exterior del vehículo, idea que nos parece más que razonable teniendo en cuenta su tamaño, a pesar de que esta opción no cuente con muchos adeptos. Todo no se puede.
Una de cal y una de arena: si bien el interior cuenta con apoyavasos y portaobjetos como para que nada quede dando vueltas por ahí, el espacio de la guantera es llamativamente reducido, lo que le resta practicidad.
Equipamiento
En términos generales, el ítem confort se condice con sus pares regionales: cuenta con comando de audio en el volante y computadora de a bordo, dos elementos que brillaban por su ausencia en la versión predecesora de 2004 y que son muy bienvenidos. El equipo de audio muestra un buen desempeño… pero carece de las últimas conectividades del mercado.
Al incrementarse el volumen total del habitáculo por la incorporación de la tercera fila de asientos se hizo necesario incorporar un equipo forzador de aire extra y salidas para la segunda y tercera fila de asientos. En épocas invernales o de baja temperatura; la calefacción eléctrica climatiza de forma casi automática, sin tener que esperar a que el motor levante temperatura.
El instrumental satisface y acompaña un backlight blanco que por las noches realza la visión y aporta un toque de distinción. Nos parece poco práctica la ubicación de la computadora de a bordo: relegada al sector superior de la consola central, queda lejos del campo de visión del conductor. Tarjeta roja para los faltantes, entre los que anotamos: techo eléctrico, pantalla para DVD, auxiliares para MP3 y sensor de estacionamiento trasero.
El equipamiento de seguridad podría encuadrarse bajo el título de “casi lo justo y necesario”: faltan la traba de puertas automáticas, la luz trasera antiniebla, el cinturón trasero central fijo y los ganchos Isofix para las sillas de niños. Son cuestiones a las que a esta altura de los acontecimientos, del crecimiento de la competencia y de los parámetros que rigen a nivel mundial, no se les puede esquivar la mirada.
Sensaciones de manejo
Su comportamiento dinámico nos saca el sabor amargo del párrafo anterior y nos devuelve las sonrisas: la Hilux SW4 es estable, segura y confiable, y gracias a su doble tracción el piso mojado deja de vivirse como un inconveniente. ¿Los frenos? Bien gracias: a 100 km/h, su parada a 0 llevará unos 46,4 metros, lo que la deja dentro del promedio del segmento. Punto a favor para la insonorización, no siempre logrado en vehículos de estas características. A pesar de las exigencias a las que este modelo fue expuesto no se le escuchó ni una queja.
En relación al manejo, el conductor sólo deberá prestar atención al volante y al peso de su pie derecho, y la transmisión automática hará el resto. Para el que se lo tome muy a pecho y desvíe su atención de las cuestiones primordiales, un testigo luminoso lo alertará cuando la temperatura del aceite pida auxilio. El motor de 2.982 cm3 y 163 CV se hace cargo de la situación: el viaje en su interior se disfruta desde el minuto cero hasta la llegada a destino.
En la ciudad
Si bien resulta difícil imaginar un vehículo de tamaño porte desenvolviéndose cómodamente en la ciudad, éste lo logra. Tiene un amplio margen de confort y suavidad que hay que destacar.
Suman en este punto varias cuestiones a tener en cuenta: comandos que obedecen al tacto de manera dócil y sin estridencias, una caja automática que responde a lo que se le exija en medio de un tránsito impiadoso y una transmisión que equilibra aceleración con consumos dentro de la media.
La dirección y el radio de giro ayudan a estacionar en lugares reducidos de esos que abudan en la Ciudad de Buenos Aires.
En la ruta
La dirección en ruta es segura y confiada, y la tracción responde de igual manera: obedecen las órdenes de quien maneja sin chistar. Debido a su gran estabilidad, esta SW4 es ideal para transitar relajados grandes trayectos en su opción “Directa”.
A velocidades legales brinda un buen descanso antes de que sea necesario cargar el tanque: su consumo, a 130 km/h, es de 10 km por litro, lo que le otorga una autonomía en ruta de 800 km. En el ciclo urbano recorre 7,5 km y en el mix ciudad–ruta es capaz de avanzar 9,6 km con cada litro de combustible. Sus aceleraciones de 0 a 100 km/h se registran en 14,77 segundos.
Fuera del camino
Esta SW4 es un vehículo pensado para meterse en paradas bravas y ofrece argumentos como pocos de su segmento. Con el uso de la reductora bloquea el diferencial central de manera automática, y el diferencial trasero cuenta con un bloqueo parcial preparado para actuar ante patinamientos excesivos.
Varios “detalles” reafirman su condición de 4x4 de ley: un chapón que responde al embate más certero, toma de aire alta, ganchos resistentes, fenders bien fijados, barreros flexibles y una palanca de selección que responde de manera experta.
Pero nada es perfecto… los neumáticos actúan como un despertador a la hora de soñar con una experiencia off road sin límites: son los mismos que se utilizan para vehículos de claro corte citadino y poseen un dibujo que, de ser más marcado, le brindaría una mayor capacidad fuera de la cinta gris, sin dejar de lado por ello el destacado confort.
Polifuncional en serio
Pasando en limpio, su desempeño en ciudad/autopista/off road posee la extraña virtud de puntuar bien en todos los casilleros: se trata de un vehículo realmente multifuncional que responde a las demandas más exigentes.
El Kia Sorento y el Jeep Cherokee son algunos de los pocos rivales que este SW4 enfrenta en la cancha… y el partido está disputado. A su favor, la Hilux cuenta con jugadores que le permiten estar en primera: está fabricada en el país, tiene un sistema de tracción que permite la sana convivencia de un espíritu aventurero con aires de citadino y cuenta con una garantía característica de los productos con alma oriental: tres años o 100.000 km. Además, la firma japonesa tiene un peso indiscutido en nuestro país, y no es para menos: su trayectoria ha sido indeclinable, ofrece respaldo y un excelente valor de reventa.
¿El precio? SRV 3.0 TDi Manual, $ 206.600; SRV 3.0 TDi Manual (cuero) $ 214.700; y la que probamos, la 3.0 TDi Automática (con tapizado de cuero), $ 224.000.