La renovación del Onix, el modelo de entrada de Chevrolet, apuntó alto, a buscar el liderazgo de su segmento. Para eso, lo dotó de un diseño a tono con el resto de la gama tomando rasgos del Cruze en tamaño pocket, agregó tecnología y también a su versión sedán la incluyó en el nombre Onix, dejando de lado la denominación Prisma. Un dato más para las planillas de mercado, que ahora contabilizan todo en el mismo nombre.

Recientemente, amplió la gama con dos versiones: LTZ y RS. Esta última toma un look deportivo para ampliar la oferta a un público joven, siempre con el novedoso motor 1.0 turbo de 116 CV. Esta versión fue la probado en esta ocasión.

El primer punto a destacar es que el Onix RS no modifica las prestaciones ni la mecánica respecto a las versiones Premier o LTZ. Es decir, si alguien busca una performance más picante, cuasi deportiva, quizás no sea éste el modelo indicado. Lo que sí ofrece es un exterior bien logrado, con guiños sport, en un total black de la unidad manejada que resalta en las calles, y con un interior que también adopta rasgos pisteros, como butacas especiales o las clásicas costuras rojas de contraste. Es un acierto de Chevrolet al reservar el 1.0 turbo a dos públicos: el RS para quienes se inclinan por lo visual y Premier o LTZ quienes prefieren los ítems de conectividad y confort. Lo que se gana en un caso, se resigna en el otro. Y viceversa.

En el exterior el efecto sport lo logra la parrilla tipo panal de abeja, spoilers, faros con máscara negra y luz LED DRL con marco negro brillante. El emblema RS y el moño Chevrolet no escapan del negro. En los laterales sobresalen las llantas de aluminio de 16 pulgadas con un faldón que da una sensación de centro de gravedad rebajado. En la parte trasera, spoiler, alerón y detalles oscuros completan un combo que lo ubica a nivel estético como la opción mejor lograda dentro del nicho de los deportivos segmento B en el que también están el Renault Sandero RS o el Volkswagen Polo GTS.

En el interior también predomina el negro, con una plancha oscurecida, y la pantalla flotante tipo Tablet con un lugar preponderante. Esta tiene interfaz Android y Apple pero pierde ítems de conectividad, como wifi a bordo u OnStar que traen las versiones top. También aparecen costuras rojas y butacas específicas. Luego, mantiene la buena habitabilidad del Onix para su categoría, y un baúl de 275 litros. Como parte del equipamiento LT, incluye aire acondicionado y encendido por llave.

En cuanto a la mecánica, llega con un motor elogiado y moderno, de bajos consumos y buena potencia para un auto del orden los mil kilos, aunque no marca la diferencia si (como ya se mencionó) se pretende salir a los circuitos. Al igual que las versiones Premier y LTZ, la RS monta el 1.0 turbo de 116 CV, que le da una aceleración de 0 a 100 en 10 segundos y una velocidad máxima de 183 km/h. La transmisión de esta versión es únicamente manual de cinco marchas (una sexta no estaría nada mal) para que el usuario pueda “tirar cambios”.

El modelo tiene buena elasticidad y el uso del turbo se nota en una reacción superior a los hatch del segmento B. También tiene un comportamiento dinámico apropiado, con buen agarre en curvas y una dirección asistida en su justa medida. Los consumos son formidables en ruta: menos de 6 litros cada 100 kilómetros recorridas a 120 km/h. Y en ciudad asciende a poco más de 9 l/100km.

En cuanto a seguridad, se llevó las cinco estrellas en el crash test de LatinCap: el Onix es el único vehículo del segmento en ofrecer de serie seis airbags, dirección eléctrica, alerta de velocidad, control de estabilidad y tracción, distribución electrónica de frenado y ABS en toda la gama.

El precio de esta versión es $1.959.600.