Con bastante tiempo de anticipación a su faceta comercial, el Fiesta de nueva generación fue develado oficialmente por la casa del óvalo. Se trata de una renovación intensa que abarca a la estética, la mecánica y el equipamiento de confort y seguridad.

Por fuera, el modelo presenta cambios en la trompa, donde estrena parrilla, ópticas, faros antiniebla, capó y paragolpes. Atrás también se renuevan las luces, ahora dispuestas de manera horizontal, la luneta, el paragolpes y el spoiler. En los laterales se advierte un cambio en el diseño de las llantas de aleación.

El habitáculo tiene cambios más profundos aún. Las principales diferencias están en la plancha central que se transformó por completo al sumar una pantalla táctil más grande (de 8”) que agrupa todas las funciones de la evolución del multimedia Sync. Los cambios afectan también a la zona de conducción, tanto en el instrumental como en el volante. Las butacas son otros ítems que entraron en la renovación, y desde la compañía aseguran que se mejoraron las terminaciones y la calidad de los materiales. El listado tecnológico suma asistentes al manejo como el frenado automático, alerta por cambio involuntario de carril, y sensor de ángulo muerto, entre otros.

La gama mecánica también presenta novedades, ya que sumará un motor naftero de 3 cilindros de 1.0 litros de cilindrada con potencias de 100, 125 y 140 CV. Además, estarían presentes los nafteros de 1.2 litros de 65 y 85 CV y el 1,6 de 210, que equipará a la versión más deportiva. Para quienes prefieren el diésel, se estima que se ofrecerán versiones 1.5 con diferentes rangos de potencia.