04/10/2022 - Probamos la versión tope de gama de la pick-up fabricada en Córdoba. Confort y estética renovada.
PABLO EPIFANIO 18 May 2013
Con las siglas GT y 180 CV de potencia, esta versión tope de gama del Fluence infla el pecho por su desempeño dinámico y performance. Tiene leves detalles sport y el interior más lujoso.
Hacia finales de 2012 Renault presentó la variante deportiva del Fluence, identificada con las siglas GT, que llegó a los concesionarios para reemplazar al Sport que hasta entonces se encaramaba como el más deportivo y full de la casa del rombo. El Fluence GT se distingue por una estética con ciertos elementos deportivos, un habitáculo con detalles diferenciadores y más equipamiento. Pero lo más destacado es el motor que entrega 180 CV y, a diferencia del Sport, incorpora ajustes en la suspensión para acompañar a este plus de potencia.
Es el primer modelo que la división Renault Sport homologa para producir fuera de Europa, ya que esta variante tope de gama también sale de la planta de Santa Isabel, en Córdoba. Fue desarrollado en la región con el aporte de la enorme experiencia que la compañía tiene en el automovilismo deportivo, especialmente en la Fórmula Uno.
Estética con condimentos
Es un auto de proporciones generosas para la media del segmento y no disimula los 4,62 metros de largo. En nuestra opinión, la trompa no es la parte más agradable del dibujo, quizás por las marcadas líneas del capó o los abultados guardabarros. En contrapartida, la cola está perfectamente resuelta e integrada, y le otorga un aire elegante y refinado. En el perfil del auto se destaca la elevada línea de cintura y la pronunciada caída del techo. En el GT, la imagen está retocada con varios elementos que aportan un plus de deportividad, sin perder el equilibrio con la elegancia: spoiler delantero y trasero, llantas bitono de 17 pulgadas, alerón sport en la tapa del baúl, emblema GT y espejos y manijas de puertas en aluminio oscuro.
Interior más exclusivo
Por dentro cuenta con butacas deportivas, tapizados de cuero con costuras en rojo, pedalera de aluminio, y velocímetro digital. La identificación GT aparece en el panel frontal y en los apoyacabezas delanteros, mientras que la firma “Renault Sport” está plasmada en los zócalos de las puertas delanteras. Es diferente a los otros Fluence pero no está sobrecargado de detalles diferenciadores. Hay un público al que le gusta más decoración sport y otro que no tanto, lo que queda claro es que se mantiene sobrio.
Por supuesto que el tamaño de la carrocería repercute en el interior, que es notablemente espacioso. Caben muy cómodamente cuatro personas, aunque el limitante se da en las plazas traseras debido a la pronunciada caída del techo, que puede resultar escasa para personas de elevada estatura.
Tiene un panel frontal limpio, de líneas simples, en el que se destaca la pantalla del navegador satelital Tom Tom que forma parte del equipamiento de serie de esta versión full.
La posición de manejo se encuentra de inmediato gracias al amplio recorrido (manual) de la butaca; el instrumental mitad analógico, mitad digital es claro y no presenta inconvenientes para su lectura. La crítica va dirigida al equipo de audio, que es algo confuso de manejar -al menos hasta acostrumbrarse- debido al tamaño de sus perillas y teclas. Elogios para la insonorización, objeción para la visibilidad, en especial en tres cuartos trasero: resulta muy racional la inclusión de los sensores de estacionamiento.
Equipamiento completo
En este rubro incluye un listado completo tanto en confort como en seguridad. Dentro del primer ítem anotamos: climatizador bizona, GPS integrado, tarjeta llave, computadora de a bordo, control de velocidad crucero, retrovisor antiencandilamiento, sensores de estacionamiento trasero y techo solar, entre otros. Posee además sistema de audio con MP3, USB y Bluetooth y también cuenta con ópticas delanteras con luces de xenón dentro del equipamiento diferencial.
En materia de seguridad se alistan los frenos ABS con distribución electrónica de frenado y asistente al frenado de emergencia, seis airbags (frontales, laterales y de cortina), control de estabilidad, y control de tracción.
Potencia adecuada
Debajo del capó lleva el motor naftero 2.0 de 180 caballos de potencia desarrollado en Europa. Este propulsor -llamado bajo el código F4 RT- es un cuatro cilindros con 16 válvulas que a las 1.500 rpm ya consigue el 80% de su potencia máxima. Se asocia a una caja de cambios manual de 6 marchas. El torque que consigue es de 30,6 kilográmetros y lleva al Fluence a alcanzar los 214 km/h de velocidad máxima y completar el 0 a 100 km/h en 8,3 segundos. En ruta, viajando a 130 en sexta, marcha el motor va a a unas 2.500 rpm y en ese régimen consume 8,5 litros cada 100 km.
Un motor "picante", que acelera de manera contundente cuando se lo exige y que demuestra una elasticidad notable.
Comportamiento
Otro aspecto a elogiar de este vehículo es la dinámica de manejo. El diagrama de suspensión fue ajustado priorizando el confort de marcha: luego de haberlo manejado en ciudad, ruta y tramos mixtos, podemos decir con absoluta autoridad que el resultado de ese trabajo es impecable. A diferencia del resto de los Fluence, tiene un reglaje de suspensión debidamente adecuado a sus pretensiones deportivas. Esto lo hace más estable a altas velocidades, y lo lleva a tener mejor tenida en las curvas, donde expresa inclinaciones leves. Se asocia perfectamente con la dirección de asistencia eléctrica, rápida y precisa. En ciudad lo encontramos suave, con prioridad del confort, y la suavidad de desplazamiento es mantenida incluso en superficies desparejas como un empedrado.
En la calle
Renault puso en la red de concesionarios esta versión tope de gama del Fluence a $188.300. Los rivales directos en el mercado local son el Toyota Corola XRS 1.8 de 136 CV algo más barato, el Volkswagen Vento en sus versiones Luxury 2.5 de 170 CV y Sportline 2.0 de 200 CV y el Peugeot 408 Sport 1.6 de 163 CV a precio similar.
El Renault Fluence GT fue desarrollado para ese perfil de cliente que prefiere el toque de distinción y que lo acerca a un modelo de clase superior. Si bien su esética es delicadamente deportiva, se lo nota diferente a los otros Fluence con sólo hecharle una mirada, y sustenta ese "halo especial" con un rendimiento de alto calibre.
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