04/10/2022 - Probamos la versión tope de gama de la pick-up fabricada en Córdoba. Confort y estética renovada.
PABLO EPIFANIO 8 November 2012
Con algunos detalles específicos como stíckers, alerón, ópticas oscurecidas, llantas negras y alerón, Renault agregó la variante GT-Line a la gama del Sandero, para quienes gustan del estilo sport.
En la búsqueda de alternativas para fortalecer la presencia en el mercado, el maquillaje deportivo se convirtió en una de las opciones elegidas por la marca del rombo. Así pone en el mercado esta variante, la cuarta de la familia Sandero ya compuesta por el convencional, el Stepway (estilo off-road) y las ediciones Get Up y Rip Curl. El GT-Line trae sólo detalles decorativos, no reformas mecánicas ni estructurales, algo que también supo hacer con el Megane II Sport.
Con este maquillaje a poco de subirnos a la unidad de pruebas entendimos que el efecto visual rinde sus resultados. No pasa inadvertido y en especial entre el público joven. Además del rojo, se puede elegir en negro, blanco o gris.
En detalle
Empezamos por la trompa, donde se diferencia por el aplique de plástico oscuro en la parte baja del paragolpes, el tono fumé de las ópticas y la identificación GT-Line a la derecha del logo del rombo.
En los laterales se destacan los stíckers en negro al estilo racing y las manijas de las puertas pintadas en el mismo color de la carrocería. Atrás son la puntera de escape cromada, el emblema con el nombre de la versión, las ópticas oscurecidas, el símil difusor de aire inferior y el alerón por encima de la luneta, los destalles diferenciadores.
No hay cambios en el reglaje de la suspensión, ni el perfil de los neumáticos. Sí cambia el dibujo de las llantas de 15” de aleación y su color: negro mate.
Indumentaria interior
En el habitáculo son varios los guiños a la deportividad, con un predominio del color rojo. Este tono se hace presente en las costuras de los tapizados, del volante forrado en cuero, del pomo y cobertor de palanca de cambios, en los aros de las salidas de aire, en el contorno de las esferas del instrumental y en el bordado con el emblema (GT-Line) en los apoyacabeza delanteros. También los cinturones de seguridad vienen del mismo color.
En el tablero de instrumentos también se diferencia por el fondo blanco del reloj del tacómetro y la insignia de la versión ubicada entre el display del ordenador y la pantalla con los testigos luminosos. La textura de los tapizados también es nueva.
Equipo Privilege
Esta edición de tono sport está desarrollada sobre la versión full del Sandero, es decir, con equipamiento Privilege. Por lo tanto ofrece: equipo de audio con CD, MP3, entrada USB y Auxiliar, manos libres Bluetooth y comando satelital; aire acondicionado; computadora de a bordo; asiento del conductor con regulación en altura al igual que la columna de dirección; levantavidrios eléctricos y apertura remota del baúl, entre lo más importante. A diferencia del Privilege convencional, éste no trae los alzacristales traseros.
Mismo comportamiento
Como se dijo, no cambia ningún aspecto mecánico, por ende, el andar es igual que el del Sandero “normal” que ya probamos anteriormente. El motor es el naftero 1.6 de 105 caballos con cuatro cilindros y 16 válvulas. Nos volvió a resultar agradable para el manejo por su entrega gradual y desempeño suave. Responde con decisión a bajo régimen y se mantiene en un amplio rango de revoluciones, lo que se conoce como elasticidad, una virtud muy apreciada en la ciudad. Se combina con una caja manual de cinco marchas, para la que no hay objeciones.
Este propulsor le permite alcanzar una máxima de 174 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,4 segundos. El consumo en ruta (a 130 km/h constantes) ronda los 8 litros cada 100 km y en ciudad trepa a casi 10 litros.
Cualquiera sea el escenario a recorrer, el confort de marcha es el denominador común. Claro que en ciudad es donde mejor se desempeña porque su buen despeje permite andar con tranquilidad y porque la dirección facilita maniobras doblando en las esquinas y al estacionar. En la ruta tiende a inclinarse en las curvas y es algo sensible a los vientos laterales.
Opción fachera
Ya compuesta por las variantes apuntadas en las primeras líneas, la familia del compacto proveniente de Brasil suma este integrante “tuneado” para quienes gustan de este tipo de vestimentas. Es una opción ante el Fiat Palio Sporting, que trae un look similar, 10 caballos más de potencia, y se vende desde 85.000 pesos.
El precio del GT-Line es de 92.300 pesos, el mismo valor que el Sandero Privilege. Por eso, entendemos que es una estrategia acertada la de ofrecer un diferencial estético por el mismo precio. Otro punto a favor es la garantía, de 3 años.
A favor
En contra