En Argentina, la historia más conocida de la familia Z de Nissan se remonta a la serie 280 -tuvo incluso su propia categoría-, más tarde la 300 y recientemente la 350. La nueva 370 Z conserva los genes del modelo precedente pero luce más compacta (disminuyó la distancia entre ejes y la longitud total), potente (+26 CV plus) y económica (es más liviana y mejora los registros de consumo). 

Responde, como debe ser, a ciertos conceptos básicos de todo automóvil netamente deportivo: motor delantero, transmisión posterior, sólo dos plazas y un puesto de conducción muy bajo y retrasado. Es un modelo que puede medirse con un Audi TT, un Porsche Cayman o un BMW Z4. Trae un renovado impulsor V6 (de la familia VQ de Nissan) que entrega 333 CV combinado con transmisiones manuales de seis velocidades (con sistema SynchroRev Match para emular el deportivo “taco y punta”) o automática de 7 marchas.

Desde el diseño sorprende y agrada, las líneas son seductoras y personales, casi como una pasada en limpio respecto de la 350. Ahora se nos antoja más agresiva: inclusive contemplándola detenida sugiere el movimiento mismo.

El interior ganó en calidad y calidez, hay mayor profusión de materiales “nobles” y se respira un auténtico ambiente sport. No es un dato relevante para quien tiene a este modelo entre sus opciones de compra pero suma: el baúl ganó también en capacidad.

En el rubro seguridad, la nueva 370 Z no deja muchos casilleros sin marcar: ABS (+ Brake Assistance y EBD), seis airbags, apoyacabezas activos, control dinámico de estabilidad y tracción (VDC) y diferencial de desplazamiento limitado.

Uno de los argumentos de peso de este modelo -además los 250 km/h limitados y los 5,3 segundos que necesita para llegar a los 100 km/h desde partida detenida-, es el precio: los u$s 68.500 (versión manual) y u$s 70.500 (versión automática) que hay que oblar para llevársela a casa son valores tentadores para un reducido -pero muy interesante por los márgenes de ganancia que deja- segmento del mercado.