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PABLO EPIFANIO   20 May 2011

PRUEBA DE MANEJO: Citroën DS3 Sport Chic

Citroën DS3: el francés al que todos miran

Atractivo y con personalidad, el Citroën DS3 es un compacto que se destaca por su estilo transgresor y una dinámica elogiable. Lanzado para competir con el MINI y el Peugeot 207 GTi, cuesta $ 143.000.

PRUEBA DE MANEJO: Citroën DS3 Sport Chic

Toda una demostración de estilo: el DS3 pertence a ese tipo de autos que despierta el impulso y la necesidad de darse vuelta para mirarlos.

Lo cierto es que fue especialmente pensado y desarrollado para que no pase inadvertido: la fórmula que da como resultado esta atracción a la que es casi imposible resistirse, elaborada a partir de la filosofía Creative Technologie de la marca francesa, se basa en un estilo absolutamente transgresor y una impronta deportiva de alto voltaje, elementos a los que se suma la dosis de elegancia clásica de la automotriz francesa.

Por fuera

No hay dudas de que la apariencia exterior es su fuerte. Si bien está basado en el nuevo C3 europeo, nada tiene que ver con la gama convencional de la marca gala. Posee una trompa bien agresiva, con una gran toma de aire, la parrilla cromada que dibuja el doble chevron. Las dos tiras de leds en los extremos del paragolpes funcionan como luces diurnas.

Paragolpes abultados y una línea de cintura que se interrumpe al finalizar la puerta dibujan los laterales, junto con las muy facheras y oscuras llantas de 17 pulgadas. La cola completa el "traje deportivo" con un alerón por encima de la luneta y la doble salida de escape. 

El techo de otro color –negro en el caso de la unidad probada- es uno de los detalles más salientes, quizás el más llamativo de un auto que, está dicho, no es apto para los que buscan un perfil bajo.

Por dentro

La pinta deportiva del exterior se replica en el habitáculo. Nadie saldrá defraudado: lo que promete por fuera se cumple por dentro. Calidad, elegancia y buen gusto son factores que animan la vida interior del DS3.

Tiene, como corresponde, butacas deportivas forradas en cuero de buena calidad con generosos pétalos para la contención lateral. También incorpora apliques de aluminio en la pedalera, el volante (de base plana) y en una parte de la consola central, además de las manijas de las puertas.

El instrumental circular, perfectamente legible, es analógico para el cuentarevoluciones, la temperatura y el velocímetro, mientras que el de combustible se muestra en formato digital. Todo el panel frontal, incluido el tablero, está recorrido por una especie de acrílico, pintado del mismo color negro del techo y los espejos laterales.

En cuanto a la habitabilidad, evidentemente no se trata de un vehículo familiar: la parte trasera y el baul son chicas, dos aspectos que pueden pesar mucho para quien busca un auto con más espacio: la impronta deportiva y la originalidad dan por tierra con cualquier pretensión en ese sentido.

Equipamiento

El equipamiento está a la altura de las circunstancias. Anotamos en la libreta, entre otros elementos de confort: climatizador automático, control de velocidad crucero, butacas calefaccionadas (de ajuste manual en altura), volante regulable en altura y profundidad, equipo de audio con MP3 y Bluetooth más comandos al volante, sensores de estacionamiento que ayudan a mitigar la escasa visibilidad trasera e indicador de cambios, que aconseja cuál es el momento ideal para pasar de marcha con el objetivo de optimizar el consumo.

En cuanto a la seguridad, cuenta con todo lo necesario: airbags frontales y laterales; frenos ABS; y controles de tracción y estabilidad.

Motor

El motor es el naftero 1.6 desarrollado entre PSA y BMW que entrega 156 caballos. El mismo que llevan el MINI y el Peugeot 207 GTi que viene de Europa, aunque con diferentes potencias. En el viejo continente se ofrecen tres nafteros más (desde 95 a 200 CV), y otros tantos HDI (desde 68 a 112 CV).

Este cuatro cilindros con turbocompresor ofrece mucha agilidad desde bajo régimen, y hay que contenerse para no pisar con demasiado ánimo el acelerador. Es picante y agresivo cuando se lo provoca, pero también suave y bastante más racional cuando se pretende un manejo más relajado y “civilizado”, acorde para el circuito urbano.

La caja es manual de seis marchas, muy precisa, con un selector firme, de esos que hace “clanc” al pasar los cambios, al mejor estilo deportivo. La performance cumple con lo que propone visual y conceptualmente: alcanza los 215 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos. El consumo mixto promedio acusa unos 7,5 litros cada 100 km.

En acción

Firme y obediente, el diagrama de suspensión demuestra una gran eficiencia, haciendo que esta carrocería compacta (mide 3,95 m de largo y 1.200 kilos) se desplace siempre perfectamente apoyada en sus trenes de rodaje. Esto se traduce en un notable copiado de las curvas y una tendencia al rolido (inclinación) prácticamente nula.

Esa firmeza necesaria para conseguir estabilidad y seguridad al volante, al momento de andar en ruta, termina por mostrarse bastante menos benévola en ciudad. En trayectos desparejos hace sentir el rigor, aunque igualmente compensa con la agilidad, sin manifestar la dureza del MINI.

Apuntes finales

Este francesito seductor por naturaleza se vende solamente en la versión Sport Chic a un precio (bonificado) de $ 143.000, equivalentes a unos 35.500 dólares.

Claramente, apunta a arrebatarle un segmento del mercado al MINI, y quizás otro poco a su medio hermano, el Peugeot 207 GTi. Comienza un lindo desafío de compactos con estilo que apuntan a un público que valora la imagen y el comportamiento sport, y todavía está por verse quién se quedará con el podio en este 2011 febril.

A favor

  • Diseño
  • Motor y prestaciones
  • Transmisión
  • Comportamiento dinámico

En contra

  • Espacio en plazas traseras
  • Rueda de auxilio temporal
  • Algunos faltantes de confort