04/10/2022 - Probamos la versión tope de gama de la pick-up fabricada en Córdoba. Confort y estética renovada.
PABLO EPIFANIO 15 March 2017
La tercera generación del SUV Tucson no hace otra cosa que reafirmar el camino tomado por Hyundai, en el que las mejoras constantes y el empeño en el diseño juegan un papel central.
La nueva generación del Tucson representa un replanteo que abarca a la estética, al equipamiento y al comportamiento. También en la mecánica trajo novedades, ya que sumó esta versión diésel de 185 caballos al ya conocido naftero de 155.
Por fuera
El diseño es uno de los aspectos en los que más cambió. Sus líneas en general le dan un aspecto más deportivo y sofisticado. Es otro fruto del lápiz de Peter Schreyer, el diseñador alemán que transformó la cara de la marca y también la de Kia. La llegada del concepto "Fluidic Sculpture 2.0" le aportó una silueta más estilizada, en la cual se destaca la trompa con nueva parrilla hexagonal con barras cromadas, flamantes faros antiniebla y también ópticas más rasgadas además de las luces de posición de LEDs. Las llantas también se diferencian por el diseño –son de 18”- y las luces traseras modificaron sus formas, junto con el portón.
Más moderno y amplio
Debido a que está basada en una nueva plataforma, al compararla con la anterior generación encontramos que es más larga (casi 7 cm) y más ancha (3 cm). Con esto, sumado a que estiró la distancia entre ejes, es el espacio interior el que sale favorecido, especialmente en el sector trasero, donde los pasajeros podrán colocar sus piernas con mayor comodidad. El espacio de carga fue también ampliado un 10% pasando de 465 a 513 litros. Para destacar de este ambiente es la buena calidad de materiales y de encastres, lo que permite presuponer que pasará un tiempo considerable hasta que aparezcan “grillos” o crujidos. Uno de los cambios más notables está en el frontal que aloja a una pantalla táctil de 8 pulgadas de manejo realmente intuitivo para el multimedia. Otro que se renovó es el panel de instrumentos que ofrece una lectura sumamente fácil por la iluminación y el tamaño de los números que conforman los cuadrantes analógicos. En el centro está el display (4,2”), con info abundante y ordenada, de la computadora de a bordo. La posición de manejo es otro punto alto que tiene Tucson, por la forma de la butaca y el amplio reglaje eléctrico en combinación con el doble ajuste del volante que, por otra parte, tiene un agradable grip.
Equipo mejorado
En materia de seguridad, todas las New Tucson cuentan de serie con seis airbags, control electrónico de estabilidad, control de freno en bajada y control de asistencia para arranque en pendiente, cámara de retroceso en pantalla central con sensores sonoros, y ganchos ISOFIX. Las versiones 4x4 agregan el control de tracción en curva, que trabaja entregando torque a las ruedas que más lo necesitan al momento de doblar.
En el rubro confort las novedades pasan por la mencionada pantalla táctil (incluye navegador), control de velocidad crucero, y el selector para elegir entre tres modos de conducción. Esta versión Premium incluye acceso sin llave (smartkey) con botón de arranque, climatizador automático, tapizados de cuero, techo solar eléctrico (doble), y sensores de estacionamiento delanteros, entre lo más destacado.
Bienvenida la opción diesel
Siempre es una buena noticia la incursión de una mecánica así. Este propulsor turbo 2.0 CRDi de 185 caballos de potencia y 41 kgm de torque, viene a acompañar al naftero 2.0 MPi de 155 CV. La caja que lo acompaña es automática secuencial de 6 marchas y la tracción, integral. Juntos hacen una buena dupla, por la elasticidad y generosa entrega en gran parte del rango de revoluciones. La transmisión tiene un accionar suave y prácticamente no tiene patinamiento. En el modo secuencial se puede llegar al corte electrónico, aunque no retiene la marcha. La doble tracción de reparto inteligente permite bajar del asfalto para practicar alguna incursión en terrenos algo desafiantes, aunque no tiene las mejores dotes para un 4x4 extremo.
Las cifras lo dejan bien parado ya que puede alcanzar una velocidad máxima de 202 km/h y completar el 0-100 km/h en 9,9 segundos. En materia de consumo, hay que decir que es correcto en ruta (a 130 km/h) donde requiere 8,3 litros, y bastante más hambriento en el ámbito urbano, donde se toma unos 10,8 litros.
Dinámica equilibrada
El diagrama de suspensiones está calibrado para que el desempeño sea lo más armónico posible, tanto en la ciudad como en la ruta o los caminos de tierra. En la urbe se las arregla perfectamente para absorber las imperfecciones, y lanzada en velocidad se muestra firme, estable y no responde con ningún vicio comprometedor. ¿Se inclina en las curvas?, sí, pero levemente y lejos está de complicar las cosas. La dirección es suave y precisa para hacer maniobras en la city, mientras que a medida que escala la aguja del velocímetro se va endureciendo para tener un tacto acorde, y mucho más en modo Sport.
Su categoría
Son varios los modelos que la integran. En sus filas se anotan la prima Kia Sportage, la Toyota RAV4 (la marca acaba de rebajar el precio), la Volkswagen Tiguan (en breve se renueva), la Jeep Compass (llegará a mediados de año) y la recién lanzada Ford Kuga. Este producto de Hyundai llega a nuestro mercado desde Corea del Sur para ubicarse entre Creta y Santa Fe. Lo hace con una garantía de 3 años o 100.000 kilómetros. El precio de esta versión tope de gama es de 59.400 dólares, un monto algo elevado al momento de hacer comparación con los rivales mencionados. Sin embargo, tiene buenos y firmes argumentos para defenderse, y uno de ellos es que juega casi en solitario con una opción diésel (el otro es Sorento y cuesta US$ 58.500), una raza mecánica que tiene una enorme cantidad de seguidores y defensores.
A favor
Diseño
Performance
Confort de marcha
En contra
Baúl acotado
Precio comparativo
Consumo en ciudad
Bien por el auxilio homogéneo, nada de temporal