La cita deportiva más importante del planeta es una buena oportunidad para mostrar algo ya que todo el mundo tiene la vista puesta en ese evento. Así lo entendió Nissan, que en los Juegos de Río de Janeiro 2016 presenta el BladeGlider, un ensayo de tecnología eléctrica en un cuerpo deportivo. Es una evolución del presentado en 2013 en el Salón de Tokio. Tiene dos motores eléctricos de 130 kW cada uno que mandan la energía a las ruedas traseras y que toman energía de una batería de iones de litio de 220 kW. Este conjunto, que cuenta con un sistema de refrigeración para que la mecánica en general no sufra la temperatura excesiva, le permite alcanzar –según Nissan- una aceleración de 0-100 km/h en 5 segundos y una velocidad máxima de 190 km/h.

El diseño es bastante particular por su trompa alargada, las grandes entradas de aire en los guardabarros, y el habitáculo al descubierto. Mide 4,30 m de largo por 1,85 de ancho y 1,30 de alto. Para garantizar la seguridad de los pasajeros, cuenta con una estructura que protege en caso de un vuelco. Son tres butacas en el interior (la del conductor más adelantada), mientras que el volante se asemeja a los de competición, con una pantalla en el centro y varios botones para controlar diversas funciones que van desde la carga de la batería hasta los modos de conducción, pasando por el estado del sistema eléctrico. El instrumental es digital y va colocado por encima del volante, mientras que a ambos lados se sitúan dos pantallas que cumplen el trabajo de los retrovisores y que se alimentan de dos cámaras colocadas en la parte trasera del auto.

El BladeGlider tiene control de estabilidad y quita o envía torque a una determinada rueda en momentos de exigencia y se puede gestionar en tres modos: desactivado (Off), ágil y drift.

Son dos unidades de este prototipo las que llegaron a Río. Una será exhibida en forma estática, y la otra se usará tipo transfer para trasladar a gente de la prensa y personalidades con acreditación Vip.