Es una puesta al día de la quinta generación del Gol en la que básicamente se renueva la imagen exterior, tanto del hatch como de su versión sedán llamada Voyage.

Este “lavado de cara” se aprecia con mayor notoriedad en la trompa, donde adopta el nuevo estilo de la marca con una parrilla –con barras horizontales oscurecidas- que se une con las ópticas ahora más rectas y con una máscara negra. Es decir, copia morro que lucen otros modelos de Volkswagen como el Vento, el Passat, el Fox y la Sharan.

En los laterales la novedad –en ambos modelos- pasa por el diseño de las llantas de aleación de 16 pulgadas.

En el caso del Voyage, la parte trasera presenta modificaciones más apreciables, como el spoiler más marcado en el portón del baúl y el diseño de las ópticas.

Por dentro los cambios destacados pasan por el reemplazo de materiales y ciertos apliques en el panel frontal, el instrumental y la consola. Esto, más las mejoras en las terminaciones, sirven para aumentar la calidad percibida. 

En el vecino país también se hicieron algunos ajustes al equipamiento mediante el agredo de elementos de confort al listado de serie, como por ejemplo el pack eléctrico.

En el apartado mecánico no hubo cambios y por ende aquí seguiría llegando con el naftero 1.6 de 101 caballos que puede asociarse a una caja manual de cinco marchas o la robotizada I-Motion.

Con este lanzamiento concretado en Brasil, la llegada de los compactos de Volkswagen se produciría en los próximos meses, es decir, casi a fin de año.