Le dicen “La bestia” y es nada más ni nada menos que el auto presidencial de Estados Unidos. El vehículo oficial que traslada a Barack Obama desde 2009 es una mezcla de limusina con partes de SUV. Es una suerte de búnker con ruedas que está íntegramente blindado y el primer auto de la Casa Blanca que no se basa en un modelo de serie, sino en un mix entre un extenso modelo de Cadillac y un todoterreno de GMC.  

Su carrocería tiene 20 centímetros de espesor para que sea capaz de soportar proyectiles de gran calibre gracias a su fabricación en una aleación de acero, aluminio, titanio y cerámica. Los cristales también son blindados –de unos 12 centímetros de grosor- y los neumáticos son de tipo “RunFlat” que, aún pinchados, pueden continuar rodando por más de 100 kilómetros de distancia. El peso total se estima en unas ocho toneladas y es capaz de aguantar un ataque químico, mediante un dispositivo que sella las puertas y recicla el oxígeno del interior. 

Obviamente que está equipado con la más sofisticada tecnología para intercomunicarse como computadoras, teléfonos, dispositivo de rastreo GPS, Internet, satélites y conexión directa con las autoridades norteamericanas. 

Cuenta con un motor naftero V8 y que por el peso, llega a consumir por encima de los 30 litros cada 100 km.